¿Merece la pena invertir en esta especie?
Conseguir la máxima rentabilidad de nuestra chopera depende de:
- La calidad del terreno.
- La disponibilidad de agua.
- La elección del clon adecuado a las condiciones de nuestra plantación.
- El espaciamiento de los árboles.
- Realizar los cuidados necesarios.
La inversión se realiza al principio, plantación y tratamientos, y no se recogen beneficios hasta el final, en la corta. Teniendo en cuenta el número de años que transcurren entre las dos fases y la cantidad de avatares por las que puede pasar la chopera, tenemos que exigirle unas expectativas de rendimiento muy altas para que el gasto merezca la pena.
Una de las ventajas de la plantación de chopos es la de obtener una renta aceptable para nuestras tierras si tenemos en cuenta que las inversiones y trabajos se localizan en unos pocos días al año en los primeros años de plantación.
Una forma de mejorar nuestra inversión es estudiar el terreno y eliminar directamente de la plantación aquellas superficies que no reúnen condiciones, como zonas próximas a ríos altamente pedregosas y sin apenas fertilidad, las demasiado arcillosas, las inundadas habitualmente en primavera, las zonas que se alejan del centro de un valle o del reguero, las que están en ladera, etc.
Todas las superficies que plantemos que no vayan a dar un beneficio se convertirán automáticamente en dinero tirado y en explotaciones grandes pueden mermar la rentabilidad global de la chopera.
El minifundismo forestal
La propiedad forestal actual supone importantes impedimentos para la creación y la rentabilidad de las choperas:
- Las parcelas suelen ser muy pequeñas (minifundios).
- Las propiedades suelen estar dispersas (pequeñas parcelas y separadas).
- Muchos propietarios desconocen el límite de sus fincas, o incluso están desaparecidos.
Estos impedimentos traen consigo el abandono de las tierras y la baja rentabilidad de las labores de repoblación, mantenimiento y corta de las choperas, impidiendo sacar el máximo provecho al territorio.
Para sacar un rendimiento adecuado de estas fincas resulta necesario que los propietarios de tierras colindantes se unan en algún tipo de sociedad, y gestionar en común la producción de sus terrenos. Esto hace que se mejore el rendimiento de las labores a realizar, que se abaraten los costes, que el producto final sea más homogéneo y de mayor calidad. De esta forma se puede negociar un mejor precio en la corta final gracias al aumento en la cantidad y calidad de la madera.